Mi Patio Trasero

Mi Patio Trasero... Mi madre siempre me ha dicho que creo que el Mundo es mi patio trasero, de alguna o varias maneras creo que tiene razón. Es el lugar donde uno sale en pijama y camina a pata pelada, donde puedo estar chascona y no importa. Donde guardo y encuentro los recuerdos, donde sueño. Ese es mi patio trasero, un pitiespacio de confianza e intimidad.

5.05.2005

¿Mochila o maleta?



Vengo llegando. De un largo vuelo y corto viaje. Vengo llegando y la ciudad está cambiada. Detalles la hacen ser otra...la misma siempre reconocible, pero de algún modo, otra.

En estos días de ausencia, han hecho aparecer paletas de publicidad anunciando una nueva serie televisiva. Los Treinta. Su slogan simplemente dice “lo que viene después de los 29” . Yo me acercó a los treinta y no se que es lo que viene, eso si tengo algunas expectativas y me siento cambiada....

Me fui de viaje, uno distinto. Primera vez que dudo, ¿viajar con mochila o maleta? Me costó. Incluso lo consulté con amigas y al parecer no era un tema simple, porque por respuesta obtuve más preguntas, como si eso fuese a ayudarme a resolver mi dilema. ¿Tienen que ver los 30 con cambiar lo uno por lo otro?

Y aunque escogí lo primero, la llené como si fuera maleta. Aunque me fui con ella en la espalda, viajé a un hotel de esos donde se está más cómodo con la ropa estirada y no enrollada como la llevaba.

Pero viajé con mochila y los pasos me llevaron a un recorrido que sólo se hace con ella. Subí a esas micros que uno no sabe si podrá entrar y una vez dentro no tiene idea si se podrá safar de ese, un sólo cuerpo colectivo, que se amalgama en cada curva, y dejé el gran hotel y compartí cuartos de hospedajes baratos y abandoné el suculento buffet por comida callejera. Y tuve, también, de esas conversaciones y amores en torno a muchas cervezas, que se instalan, espero para siempre, en algún lugar de la memoria.

Y me vi en un reflejo con mochila al hombro esperando en la carretera, comiendo un huevo duro, que eso si, rechacé fuese pelado por la niña de manos negras. Y me pillé poniendo más picante a la comida del que puedo tolerar, sólo porque en algún lugar leí o escuché que es un antiséptico.

Asi, en el vidrio, de pantalón, zapatitos y perfumada, era la misma, pero otra.