Mi Patio Trasero

Mi Patio Trasero... Mi madre siempre me ha dicho que creo que el Mundo es mi patio trasero, de alguna o varias maneras creo que tiene razón. Es el lugar donde uno sale en pijama y camina a pata pelada, donde puedo estar chascona y no importa. Donde guardo y encuentro los recuerdos, donde sueño. Ese es mi patio trasero, un pitiespacio de confianza e intimidad.

11.09.2005

Nunca se me prendió la ampolleta...

No en vano me dicen piti.... Hay veces que las cosas las tengo muy claras, otras en cambio la ceguera es total . Hay gigantes que no veo. Esta vez me encontré con uno enorme y maloliente. No lo vi hasta que estaba en su boca y no logré esquivar su garrote. Sólo por un pelo salí vivita y coleando, no puedo decir ilesa pero por lo menos tengo la cola en la mano y no entre las piernas....

Me fui y volví.... Me fui con una fuga por donde escurría el agua y a bocanadas se me escapa el humo. Fui por un útero, un espacio tibio y sólo encontré un colchón con una escueta mantita de polar. Me dio frío, rabia y patalee en silencio... pero sobreviví y después de dar vuelta los bolsillos, los cajones y las botas tengo la fuga controlada y la boca destapada.

Fue un viaje intimo, de hechos las fotos sólo muestras detalles, los detalles que la miopía permitió ver.

Estuve en un metro cuadrado silencioso, esperando claridad. Esperando mucho. De luz sólo obtuve una invitación a comprar ampolletas. Invitación que no acepté y me mantuvo en el lado oscuro. Nunca se me prendió la ampolleta para emigrar a tiempo.

Pero estoy de vuelta, con las plumas un poco estropeadas, un tono azulino verdoso en la mejilla izquierda y un chichón que me recuerda el desafortunado encuentro...pero estoy de vuelta y aunque no puedo evitar que los gigantes estén en el camino, ya sé que debo poner la escoba detrás de la puerta y andar siempre con un saco de harina para preparar engrudo en caso de emergencia.

Sé también que tengo un espacio conocido, uno donde puedo andar a pata pela’. Sé que tengo mi lugar inventado y que es mejor tenerlo que perderse en él.