Mi Patio Trasero

Mi Patio Trasero... Mi madre siempre me ha dicho que creo que el Mundo es mi patio trasero, de alguna o varias maneras creo que tiene razón. Es el lugar donde uno sale en pijama y camina a pata pelada, donde puedo estar chascona y no importa. Donde guardo y encuentro los recuerdos, donde sueño. Ese es mi patio trasero, un pitiespacio de confianza e intimidad.

10.18.2006

Como golondrina

Será porque en la patagonia el frío se ocultaba con el sol horizontal o por la bienvenida lluviosa de santiago. Será porque estoy atrasada o me adelanto al próximo invierno que en estos días arme maletas y me preparo para una nueva migración como golondrina que huele el invierno. Agarro mis pilchas y piojos para partir a otro lugar. siempre en búsqueda de algo tibio. Parto con todo a cuestas sabiendo que vuelvo. Sabiendo que la brújula me traerá al mismo norte o por lo menos a uno similar. Es la ruta, misma ruta, por lo menos por el momento.

10.09.2006

De vuelta en la capital

Como Carmela llegué. Un poco abrumada de tanta gente, de tanto ruido, de tanta información. No fue mucho el tiempo en el pueblo. Sumando y restando dan 60 días. Dos meses por la patagonia. Dos meses de un buen silencio, de pata en el barro, de jeans y bototos, de comida casera. Tuve que comer cuanto me dieron. Tuve que andar de pie y caballo. Remar por juego también.

Me fui de acá bien aportillada, con tortícolis, moretones, picaduras, contracturas varias y un cansancio profundo. De esos que tienen el alma pesada. Me costó el principio. De hecho mi frágil estado me tuvo en el final del invierno con desvelo y muda. Pero pasé agosto. Sobreviví a agosto. Y como por suerte lo mío son intensoscortosprocesos mi mutismo no duró mucho y controlé los monstruos.

La patagonia al principio monocroma por tanta nieve y escarcha fue despertando y los dejos rosas de las rosas mosquetas y los naranjos de los sauces comenzaron a adueñarse del paisaje. Así como la nieve se derretía y las estalactitas de los caminos se hacían agua, y comenzaban a emergen otros colores, nuestra estadía patagona comenzaba a ver otros matices. El trabajo en terreno, cada vez más cómodo, nos fue mostrando más detalles y el puzzle de a poco se ha ido armando. Quien es quien y cuando.

Debo reconocer que pese que a 7 días de llegada extraño el tono, el ritmo y la temperatura de más allá del sur, habían días que daba cualquier cosa por ponerme vestido, perfume y una copa en la mano...reírme en algún lugar bullicioso con la boca pintada...


Como Carmela llegué y aquí estoy, aun no logro ubicarme por completo y al contrario de ella, no llegué con trenzas a la ciudad si no que con la cabeza bien pelada .... despejada.