Mi Patio Trasero

Mi Patio Trasero... Mi madre siempre me ha dicho que creo que el Mundo es mi patio trasero, de alguna o varias maneras creo que tiene razón. Es el lugar donde uno sale en pijama y camina a pata pelada, donde puedo estar chascona y no importa. Donde guardo y encuentro los recuerdos, donde sueño. Ese es mi patio trasero, un pitiespacio de confianza e intimidad.

8.06.2005

El país Dowayo

El investigador ingles viaja al país Dowayo, lugar remoto de África donde vivirá una temporada realizando su primera investigación en terreno. Esta aldea inimaginable se transforma en el escenario de mil desaciertos y situaciones complejas. Una vez más el investigador termina siendo el investigado, se trasforma en objeto de curiosidad, risas, malos entendidos y accidentes. Se siente extraviado y perdido en este nuevo escenario que no lo acoge, no lo contiene, pero lo adopta y al regreso y después de todo, cuando vuelve a su territorio y observa que las cosas siguen ahí tal cual las dejó tiempo atrás, entiende que ahora ese nuevo territorio lejano y exótico de alguna manera lo trasformo a él y su hogar ya no es el mismo.

Siempre he creído que es necesario ir a un país Dowayo, a uno cualquiera, uno que sea distinto al propio. Viajar y ver cuan distinto es uno en ese otro lugar. Probar y conocer cosas. Probarse a si mismo en un territorio desconocido.

Creyendo esto me he encontrado más de una vez en la patas de los caballos, embarrada por una lluvia inesperada, con hambre producto del ataque de un chancho sigiloso que devoró la reserva nocturna de alimentos o con vértigo en la cima de una montaña arriba de un yegua que no recuerda que voy sobre ella...en fin me he pillado muchas veces retándome a mi misma, alegando por no ser como mis ex compañeras de colegio convertidas en flamantes modelos o felices dueñas de casa. Pero no, opté por otro camino, uno de tierra, uno donde a veces me mojo y otras veces me da insolación, uno que pasa del ripio al cemento y de pronto no es más que una huella .....y sí soy de aquellas que tiene que meter los dedos al enchufe para saber que da corriente y me he equivocado tantas veces como las que considero he acertado.

En mi anhelo más profundo ha estado siempre la idea de ir a un país Dowayo, estudie lo que estudie inspirada por esas ganas. Mis planes y mochila están siempre dispuestos a ello.

Pero con los años y sin dejar eso de lado, me he dado cuenta que no está tan lejos. Está en el paradero 14 un día cualquiera a las 18:00 de la tarde, y no es necesario que sea navidad, ni inicio de clases. Esta ahí como el país más lejano, incomprensible. Más bien soy yo la lejana , la que no logra decodificar ni una frase, ni un gesto. La que se siente perdida, extraviada y a la deriva, sin un rostro de referencia, entendiendo todo mal.

Está también en un lago de la séptima región, donde soy yo la investigadora perdida, la otra, la otredad peligrosa, la mora, la hija de padres separados, la que no se sabe ni un rezo, la que convive y no se casa, la que no tiene por norte el matrimonio, hijos, casa propia y seguro de vida.

Reconozco que encontrarme en esas situaciones me desconcierta y más de alguna vez me ha dado pena, rabia, porque no entiendo, porque me siento lesa, porque me siento perdida…muy perdida. Porque me extravío en mi propio país, que aunque distinto al original, es a su modo, un país Dowayo.

14 Comments:

At 7:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo quise ir una vez a mi propio Dowayo. De hecho lo tengo localizado, con latitud y longitud. El asunto es que una vez tomé un barco, llegué y no quise desembarcar. Temí a mis fieras, a mis bestias. Sólo vi la bruma de sus costas, las estrellas marchándose al amanecer. Nunca pude ver bien sus dimensiones. Cuando me alejé de sus costas, dije: "Hay una tierra que no nos está prometida, pero que siempre va a existir, a la vuelta de la esquina tal vez".
Cada quien construye su propio Macondo y créeme, Clarita, aunque en Dawayo exista "la mora, la hija de padres separados, la que no se sabe ni un rezo, la que convive y no se casa, la que no tiene por norte el matrimonio, hijos, casa propia y seguro de vida" es una de las naciones más bellas que he visitado.
Me atrevo a sustraerle unas palabras finales a Jesús Betz que: "Yo vi moverse el cielo, esperé pacientemente, y las estrellas bailaron para mí".

 
At 10:34 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me mataste con tú último patio!!!!!!!!!!! te pude ver escribiendo apasionadareclamona cada una de las líneas......... pero........... porque no me llamaste ayer????????

L.

 
At 12:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me parece increible tu reflexión, creo que aunque estuvieras en Dowayo, no lo sabrias o más bien buscarías otro, porque las personas como tu, como yo a veces, nos permitimos soñar, nos permitimos creer y eso amiga, no está permitido para todos o no quieren permitirselo. Suerte en todos los Dowayos que visites.

 
At 9:01 p. m., Blogger Quique Risafuerte said...

mija...le mandé un correo el otro día acerca del mundo de las vedettes y el glamour de los 60s que aparece en mi relato. Tengo material que podría interesarte. Saludos

-C

 
At 9:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

hola, mi nombre es Felicia pero estoy nueva en eblogger . . . estudia espanol en mi universidad y queria una amiga que hable espanol para que hablar espanol con. por favor, email: AnnEvans02@yahoo.com

muchas gracias :)

~ Felicia

 
At 9:42 a. m., Blogger @micronauta said...

Uy conozco esa sensación de no pertenecer. Ayer hablaba con alguien de eso y me dió pena. Pero de alguna manera, parece que me he ido acosumbrando... o "pertenezco" a no pertenecer. Mi "no ser de aquí" que he vivido desde chico y que además heredé de las historias de mis padres, se ha transformado en algo que valoro de mi identidad. Quizás te pase algo así también. Ahora que lo acepto y me río de ello, me gusta. Pero igual me da pena a veces. "Coraje" como dicen los españoles.

 
At 10:44 p. m., Blogger Quique Risafuerte said...

Esa sensación de no pertenecer, y de estar y no estar en el mundo es más extendida de lo que se cree... Te felicito, porque me gustó, es el segundo texto que leo en este día que reafirma mi condición de andar vagabundeando eternamente por el mundo, privándome del derecho de acogerme a algo o alguien, ya sea una novia, esposa, familia o amigos subidos al carro que en medio de la noche arrasan con mi refrigerador.
Eso sería.
Saludos

-C

 
At 4:26 p. m., Blogger SERGINHO® said...

no pertenecer... el estar.. el sentir..

que buen post... cuidate.. estare viniendo por aqui a leer...

 
At 11:32 a. m., Blogger sole poirot said...

chica,
¡nos vemos en el otro Dowayo....! el de acá...

no lo pude resistir... planeo mi visita a barcelona y buscando "ventanas" interesantes, otras miradas, encontré ésta.
échale un vistazo, te va a gustar http://almapalabra.blogspot.com/

 
At 2:24 p. m., Blogger mirantra said...

Vaya... creo que es esta manera particular de mirar las cosas... países como aquellos están más cerca de lo que creemos... dentro de los días... mis saludos señorita piti, tanto tiempo sin verla.

 
At 12:13 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y al final de todo vendrá un gran viento que lo borre todo y entonces, vida y muerte no serán más que un abrir y cerrar de ojos. Sigue avanzando en tus miles de países de Dowayo y salta de uno a otro sin que te importen las miradas. Total, el tiempo siempre te premiará con sus caricias de viento tibio o fresco, o con los golpes de los segundos que al final moldearán tu memoria. Te felicito por la honesta propuesta de tus letras. wildo

 
At 7:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

orale llegue aqui por obra y gracia divina y esta muy chido, siguelé

 
At 5:03 a. m., Blogger sole poirot said...

te vuelvo a leer en este texto, que como con visión futurista de lo que pasamos juntas, describes los tejidos de tu alma;profunda, patiperra, busquilla, inteligente, exigente (muy) y traviesa. en el silencio (ese del que hablamos) se puede escuchar mejor al propio pais dowayo.

un beso. sole.

 
At 4:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estoy leyendo "El antropologo inocente" me metí en internet buscando al pueblo Dowayo y me encontré contigo.( ya sé que no pertenes a ese pueblo, pero me encontré contigo)
Voy a contarte un anecdota que me ocurrió en Ecuador.
He estado en Latinoamérica realizando un reportaje fotográfico, de los nueve paises que visité uno de ellos fue Ecuador, la pata de chancho que cocinaban en un pueblo remoto del pais para festejar la llegada de los invitados extranjeros, no logro ablandarse a nuestro apetito, las paredes de la olla expres no lograban enternecer la pata, estaba dura como la piel de un rinoceronte,siendo las cuatro de la tarde y esperando que la parte mas terrenal del chanco (cerdo en español) se ablandara y a consecuencia de nuestra hambre y prisa intenté abrir la tapa de la olla, con tan mala "pata" que todo el caldo desparramó por mi pantalón, no pude probar la dichosa pata,ya no me apetecía,llegabamos tarde a la cita, fuimos a fotografíar un grupo de mujeres que se dedicaban al reciclaje de basuras, allí habia tres perros que al olor sabroso de la pierna de chancho en mis pantalones, intentaron saborearlo y casi me dejan sin pierna, en este caso no de chancho.

 

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